LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
Para iniciarse el Viernes Santo a las 3:00 p.m.
Esta no es una novena corriente, ¡es
extraordinaria! En ella están contenidas
las palabras llenas de amor y
misericordia que Nuestro Señor Jesucristo dictó a Sor Faustina, pidiéndole que
cada día le llevara un grupo de almas a su corazón.
“Deseo que durante esos nueve días lleves a las
almas a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda
gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente
en la hora de la muerte. Cada día
traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y la sumergirás en este mar
de Mi Misericordia. Y a todas estas almas
Yo las introduciré en la casa de Mi Padre.
Lo harás en esta vida y en la vida futura. Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás
a la Fuente de Mi Misericordia. Cada
días pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.
Contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué
almas introducir primero en Tu muy misericordioso Corazón. Y Jesús me contestó que me diría, día por
día, qué almas debía introducir en Su Corazón” (Diario, 1209)*.
PRIMER DÍA VIERNES
“Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a
todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma Me consolarás de la amarga
tristeza en que Me sume la pérdida de las almas”(Diario, 1210)*.
Roguemos para que Dios se digne mostrar Su Misericordia a toda la humanidad.
Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de
tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino
la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu
muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu
amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.
Oh omnipotencia de la Divina Misericordia,
Salvación del hombre pecador,
Tú eres la misericordia y un mar de compasión,
Ayudas a quien Te ruega con humildad.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la
humanidad y especialmente a nosotros pobres pecadores que estamos encerrados en
el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos Tu
misericordia para que alabemos Tu omnipotencia por los siglos de los siglos.
Amén. (Diario, 1211)*
SEGUNDO DÍA SABADO
“Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las
almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para
soportar Mi amarga Pasión. A través de
ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad”
(Diario, 1212)*.
Roguemos por los sacerdotes, los religiosos y las
religiosas, pues por ellos se derrama la Misericordia de Dios sobre la
humanidad.
Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo
bien, aumenta Tu gracia en las almas de Tus sacerdotes, Religiosos y
Religiosas, para que realicen dignas obras de misericordia, de manera que todos
aquellos que los vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el
cielo.
La fuente del amor de Dios,
Vive en los corazones limpios,
Purificados en el mar de misericordia,
Resplandecientes como las estrellas,
Claros como la aurora.
Padre Eterno, mira con misericordia al grupo
elegido de Tu viña, a las almas de los Sacerdotes, Religiosos y Religiosas;
otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el
cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a
otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu
misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1213)*.
TERCER DÍA DOMINGO
“Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y
sumérgelas en el mar de Mi misericordia.
Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un
mar de amargura” (Diario, 1214)*.
Roguemos por todos los fieles Cristianos.
Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro
de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia,
acógenos en la morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de
Él. Te lo suplicamos por el extraordinario amor Tuyo con que Tu Corazón arde
por el Padre celestial.
Son impenetrables las maravillas
de la misericordia,
No alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo,
Miras a todos con compasión,
Y atraes a todos a tu amor.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas
fieles como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu
bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y
el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los
santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos.
Amén. (Diario, 1215)*.
CUARTO DÍA LUNES
“Hoy, tráeme a (los paganos)* y aquellos que
todavía no Me conocen. También pensaba
en ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia”
(Diario, 1216)*.
Roguemos por todos los que no conocen a Dios y que aún viven en la ignorancia de la
Misericordia Divina.
Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo
entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de (los
paganos)* que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen
para que también ellas unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y
no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.
La Luz de Tu amor
Ilumine las tinieblas de las almas.
Haz que estas almas Te conozcan,
Y junto con nosotros glorifiquen
Tu misericordia.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de
(los paganos)* y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en
el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas
desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas
ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
(Diario, 1217)*
(los
paganos)* Nuestro Señor originalmente usó las palabras “los paganos”. Desde el pontificado del Papa Juan XXIII, la
Iglesia ha juzgado apropiado el reemplazo de este término por la denominación
“los que no creen en Cristo” y “los que no conocen a Dios” (ver el Misal Romano, 1970).
QUINTO DÍA MARTES
“Hoy, atráeme a las almas de (los herejes y de los
cismáticos)*, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi
cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia.
Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo
alivian Mi Pasión” (Diario, 1218)*.
Roguemos por los hermanos separados que creen en
Cristo -que desgarran el Cuerpo Místico de Cristo-, para que vuelvan pronto a
la unidad de la Santa Iglesia.
Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad
misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy
compasivo Corazón a las almas de (los herejes y las almas de los cismáticos)* y
llévalas con Tu luz a la unidad de la Iglesia; no las dejes alejarse de la
morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la
generosidad de Tu misericordia.
También para aquellos que rasgaron
la vestidura de Tu unidad
Brota de Tu Corazón la fuente de piedad.
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
Puede sacar del error también a estas almas.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas (de
los herejes y de los cismáticos)* que han malgastado Tus bendiciones y han
abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires
sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos,
ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús.
Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los
siglos. Amén. (Diario, 1219)*.
(herejes
y cismáticos)* Las palabras originales de Nuestro Señor son aquí “herejes y
cismáticos”, ya que Él habló a Sor Faustina según el contexto de su
tiempo. Desde el Concilio Vaticano II,
las autoridades eclesiásticas han considerado impropio usar esas denominaciones
según las explicaciones expuestas en el Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo
(# 3). Es apropiado usar en su lugar el
término “los hermanos separados”. Sin
embargo con el tiempo la Iglesia ha decidido usar todavía otra denominación:
“los hermanos que creen en Cristo” (ver el Misal Romano, 1970).
SEXTO DÍA MIERCOLES
“Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las
almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia. Éstas son las almas más semejantes a Mi
Corazón. Ellas Me fortalecieron durante
Mi amarga agonía. Las veía como ángeles
terrestres que velarían al pie de Mis altares.
Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir
Mi gracia; concedo Mi confianza a las
almas humildes (Diario, 1220)*.
Roguemos por los niños pequeños y por aquellas
almas que se han hecho iguales a ellos en su pureza y simplicidad.
Jesús, tan misericordioso, Tú Mismo has dicho: Aprendan
de Mí, que soy manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de Tu
compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños
pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas
del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo
perfume se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu
compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la
eternidad (Diario, 1221).
De verdad el alma humilde y mansa
Ya aquí en la tierra respira el paraíso,
Y del perfume de su humilde corazón
Se deleita el Creador Mismo (Diario, 1222)*.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas
mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en
el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu
Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de
misericordia y de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas
almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las
almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los
siglos. Amén. (Diario, 1223)*.
SÉTIMO DÍA JUEVES
“Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican
Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi
Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón
compasivo. Estas almas resplandecerán
con un resplandor especial en la vida futura.
Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la
hora de la muerte” (Diario, 1224)*.
Roguemos por todos los que anuncian la Misericordia
de Dios.
Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor
mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y
ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son
fuertes con el poder de Dios Mismo. En
medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en
Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la
humanidad. Estas almas no serán juzgadas
severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.
El alma que ensalza la bondad de su Señor
Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva
y saca
gracias de la Divina Misericordia.
Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas
almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia
insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas
almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de
misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un
cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según
la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la
promesa de Jesús quien les dijo: “A las almas que veneren esta infinita
misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y
especialmente en la hora de la muerte”. Amén. (Diario,1225)*.
OCTAVO DÍA VIERNES
“Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del
purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el
ardor del purgatorio. Todas estas almas
son muy amadas por Mí. Ellas cumplen con
el justo castigo que se debe a Mi justicia.
Está en tu poder llevarles alivio.
Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas
en su nombre... Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías
continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que
tienen con Mi justicia (Diario, 1226)*.
Roguemos por las almas del purgatorio, para que el
torrente de la preciosa Sangre disminuya y abrevie sus sufrimientos.
Jesús misericordiosísimo, Tu Mismo has dicho que
deseas la misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo
Corazón a las almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que
deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia.
Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen
el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu
misericordia.
Del tremendo ardor del fuego del purgatorio
Sse levanta un lamento a Tu misericordia.
Y reciben consuelo, alivio y refrigerio
En el torrente de Sangre y Agua derramado.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que
sufren en el purgatorio y que están encerradas en el muy compasivo Corazón de
Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión
de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue
inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo
escrutinio. No las mires sino a través
de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu
compasión no tienen límites. Amén. (Diario, 1227)*.
NOVENO DÍA SABADO
“Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el
abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi
Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa
repugnancia en el Huerto de los Olivos.
A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu
voluntad. Para ellas, la última tabla de
salvación consiste en recurrir a Mi misericordia .
(Diario, 1228)*
Roguemos por las almas tibias e indiferentes.
Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te
traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas
almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se
calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la
omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y
concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo.
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
Ya que se apaga el fuego o se derrite el
hielo.
Pero Tu misericordia, oh Dios,
Puede socorrer las miserias aún mayores.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas
tibias, que sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de
Jesús. Padre de misericordia, Te suplico
por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite
que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia. Amén. (Diario,
1229)*.
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(*)Diario
La Divina Misericordia en mi alma, Beata Sor M. Faustina Kowalska, Editorial Padres Marianos, segunda edición
autorizada, 1997.
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